La alerta está dada. A tres días de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, sigue alta la tensión en Estados Unidos y las fuerzas del orden se preparaban el domingo para hacer frente a posibles manifestaciones violentas de parte de seguidores del presidente saliente Donald Trump.
El argumento sigue siendo el mismo: buscan apoyar las afirmaciones infundadas de fraude electoral a favor de Biden. Se espera que los manifestantes lleguen a los estadios en todo Estados Unidos, informó Reuters.
Más de una docena de estados han activado tropas de la Guardia Nacional para ayudar a asegurar sus edificios que son sedes de cada Capitolio local, luego de una advertencia del FBI sobre protestas armadas, de parte de extremistas de derecha envalentonados por el asedio mortal al Capitolio en Washington el 6 de enero.
Un equipo de la Voz de América en Washington constató el domingo que la ciudad está fuertemente custodiada. El despliegue de seguridad comenzó hace varios días. El centro de Washington, D.C., estaba prácticamente vacío, con las calles cercanas al Capitolio cerradas y batallones de soldados camuflados de la Guardia Nacional ocupando posiciones en el centro de la ciudad.
El sábado se reportaron manifestaciones dispersas. Pero funcionarios de seguridad sostienen que el domingo podría ser un día de mayor convulsión, coincidiendo con el día elegido hace semanas por el movimiento extremista antigubernamental y fuertemente armado, conocido como «Boogaloo», para realizar manifestaciones en los 50 estados.
Muchos estados han erigido vallas y otras barreras para asegurar sus capitales. Otros como Texas y Kentucky han dado un paso más al cerrar sus terrenos del Capitolio al público.
Connecticut activó su Guardia Nacional en preparación para una eventual protesta de hasta 2.000 partidarios, en su mayoría de Trump, en su complejo del Capitolio en Hartford el domingo, según informó un portavoz de la policía estatal.
«Nos estamos preparando posiblemente para que suceda cualquier cosa», dijo el policía Pedro Muniz, y agregó que no había habido amenazas específicas. «No toleraremos ningún acto de violencia».
El FBI y otras agencias federales han advertido sobre el potencial de violencia futura, ya que los supremacistas blancos y otros extremistas buscan explotar la frustración entre los partidarios de Trump que insisten en el supuesto fraude electoral.
No era claro si los operativos de seguridad en todo el país podría llevar a que algunos manifestantes decidan quedarse en casa el domingo y demás días hasta la toma de posesión de Biden el próximo miércoles.
Bob Gardner, líder de la Milicia Lightfoot de Pensilvania, dijo que su grupo no tenía planes de estar en Harrisburg este fin de semana, donde el Capitolio ha sido fortificado con barricadas y estará protegido por cientos de miembros de su Guardia Nacional. «Tenemos nuestras propias comunidades de las que preocuparnos», dijo Gardner a principios de semana. «No nos involucramos en política».