Los chilenos encargaron a ciudadanos ajenos a partidos políticos impulsar un proceso de cambio a partir de la redacción de una nueva Constitución, otorgándoles en las elecciones constituyentes de este fin de semana casi un tercio de los 155 escaños de la convención que elaborará el nuevo texto.
Los independientes son ciudadanos que defienden diversas sensibilidades, desde el feminismo al medio ambiente, la educación, la justicia social o la salud, que presentaron su candidatura para la ocasión, siendo esta la primera vez en la historia en la que se permitió que personas ajenas a estructuras de los partidos políticos tradicionales postulasen a unas elecciones.